Trump anunció un alto el fuego entre Irán e Israel

El Presidente de Estados Unidos intervino en el conflicto y comunicó la medida, que aunque inicialmente fue establecida por 12 horas, marca el fin de los ataques entre ambos países tras dos semanas de enfrentamientos.

Jun 25, 2025 - 14:38
Jul 5, 2025 - 14:39
Trump anunció un alto el fuego entre Irán e Israel

Tras casi dos semanas de creciente tensión militar entre Israel e Irán, el expresidente estadounidense Donald Trump anunció un acuerdo de alto el fuego “total” entre ambos países. El anuncio, difundido el pasado martes, sorprendió a la comunidad internacional, no solo por su repentina formalización, sino también por la magnitud del conflicto que amenazaba con extenderse a toda la región de Medio Oriente.

Según explicó el propio Trump, la tregua establece que Irán debía cesar los ataques seis horas después del anuncio, mientras que Israel haría lo propio pasadas doce horas. Sin embargo, los primeros reportes tras la entrada en vigencia del acuerdo indicaron que Irán lanzó nuevos misiles, y que Israel respondió con ataques puntuales a instalaciones de radar. Esto evidenció que, si bien existe un compromiso formal de cese de hostilidades, la situación en terreno continúa siendo frágil.

El alto el fuego se produjo luego de una serie de ataques aéreos coordinados por Estados Unidos e Israel contra sitios nucleares iraníes. Bombarderos estadounidenses, junto con cazas israelíes, atacaron instalaciones clave del programa atómico iraní. Trump calificó estas acciones como un golpe devastador para el desarrollo nuclear del régimen de Teherán, asegurando que su capacidad fue "completamente neutralizada". No obstante, informes de inteligencia sostienen que el daño infligido podría haber retrasado el programa entre uno y dos años, sin lograr una eliminación definitiva.

En respuesta a los bombardeos, Irán lanzó misiles hacia la base aérea Al Udeid, en Qatar, utilizada por fuerzas estadounidenses. Esta acción generó alarma en las cancillerías regionales y motivó gestiones diplomáticas urgentes. En ese contexto, Trump promovió el alto el fuego a través de contactos con gobiernos de la región como Qatar y Egipto, en un intento por evitar una guerra total.

El origen de esta nueva escalada se remonta al 13 de junio, cuando Israel lanzó un ataque preventivo contra objetivos iraníes vinculados a su infraestructura nuclear. La operación respondió a informes que advertían sobre avances significativos en el desarrollo de armas atómicas por parte de Teherán. La represalia iraní fue inmediata y masiva, lo que provocó que Washington interviniera directamente con capacidad militar.

Aunque el cese de hostilidades fue celebrado como un primer paso hacia la desescalada, la tregua no implica ningún acuerdo sobre el futuro del programa nuclear iraní. De hecho, Trump reconoció días después que Irán no ha aceptado inspecciones internacionales ni ha renunciado al enriquecimiento de uranio. Según sus declaraciones, los ataques aéreos “retrasaron permanentemente” el plan nuclear iraní, aunque admitió que Teherán podría reactivar sus capacidades en nuevas ubicaciones.

Como señal de presión adicional, Estados Unidos impuso nuevas sanciones económicas contra redes iraníes vinculadas a la exportación de petróleo. Las medidas apuntan a cortar fuentes de financiamiento consideradas clave para las operaciones militares y el desarrollo nuclear de Irán.

El alto el fuego, aunque vigente en los papeles, aún debe demostrar solidez. La retirada de inspectores internacionales por parte de Irán, sumada a la ausencia de compromisos verificables, deja en suspenso cualquier intento de negociación de largo plazo. Mientras tanto, la comunidad internacional observa con cautela una tregua que, aunque frágil, evita —al menos por ahora— una confrontación directa de consecuencias imprevisibles.